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lunes, noviembre 13, 2006

Dos estrenos en Chile y Magnificat de Vivaldi por la Sinfónica

Por Romina de la Sotta:

Información Recopilada de RadioBeethoven:

http://www.radiobeethoven.cl/panoramas/musica/684.act

La Sinfónica de Chile estrena el viernes 27 y sábado 28 una obra de Vanhal y otra de Takemitzu. Completan el programa una creación de Debussy y el Magnificat de Vivaldi, con la Camerata Vocal de la U. de Chile. Aquí, hablamos con el director, Nicolás Rauss.

Tardo-barroco, clásico temprano e impresionismo de ayer y hoy. El viernes 27 y el sábado 28 de octubre, siempre a las 19.30 horas y en el Teatro Universidad de Chile, la Orquesta Sinfónica de Chile presenta junto con la Camerata Vocal de la Universidad de Chile, dirigida por Juan Pablo Villarroel, el Magnificat de Antonio Vivaldi. El programa de la segunda fecha de la Temporada de Primavera 2006 contempla además dos estrenos en Chile: el Concierto para dos fagotes y orquesta del compositor de origen checo Johann Baptist Vanhal, con los solistas Nelson Vinot y José Molina, y “Una bandada de pájaros desciende al jardín pentagonal”, del japonés Toru Takemitzu. Cierra esta jornada “Iberia” de Claude Debussy. Dirige nuevamente el suizo Nicolás Rauss.

Con respecto al Magnificat de Antonio Vivaldi, recordemos que el Magnificat, cántico que proviene del Evangelio de Lucas, habría sido recitado por la Virgen María cuando visitó a su prima Isabel, quien estaba embarazada. Según este relato, Juan el Bautista se movió en el vientre de su madre al oírlo. El magnificat es uno de los tres “cánticos evangélicos” y se asigna a las Vísperas. Se han musicalizado de manera regular desde el medioevo, específicamente a través del canto gregoriano, y para ser interpretados en las ceremonias litúrgicas. El más famoso de los primeros corresponde a Claudio Monteverdi alrededor de 1610. Ver a href=" http://www.radiobeethoven.cl/cgi-bin/enciclopedia_persona.cgi?id=289"target="***"> biografía de Vivaldi.

Concierto para dos fagotes y orquesta de Johann Baptist Vanhal es, según el director Nicolás Rauss, “una cosa bastante particular, partiendo de que se trata de dos instrumentos de viento graves. Vanhal es un compositor de la época de Haydn, quien tenía una difusión extraordinaria, tanto que se encuentran sinfonías copiadas e incluso algunos compositores agregan a sus sinfonías movimientos de Haydn para poder venderlas mejor. En este contexto, Vanhal el segundo más conocido por sus sinfonías, aunque ahora ha caído un poco en desgracia”.

El conductor suizo agrega que esta obra de Vanhal que estrena la Sinfónica en Chile es “un concierto clásico, debido a que están estos dos instrumentos relativamente graves de tesitura, y además el segundo movimientos, el lento, no tiene violines, aparecen los dos fagotes con viola, chelo, y contrabajo, de manera que son colores y configuran un cuarteto de partes”.

Para los solistas Nelson Vinot y José Molina Fagotista, este estreno tiene es doblemente novedoso: consideran que este compositor es muy desconocido en Chile, nunca lo han visto en una programación de concierto; y tampoco es frecuente hacer un concierto a dos fagotes. Para ellos, la inclusión de esta obra refleja el carácter de las temporadas de la Sinfónica, en que no sólo se dan a conocer obras y se difunden autores, sino también se muestran combinaciones instrumentales no corrientes.

Vanhal (1739-1813) nació en Bohemia y se formó primero como organista, director coral e instrumentista, y compartió escenario con Haydn y Mozart. Fue uno de los compositores más prolíficos de su tiempo y en su catálogo se encuentran sinfonías, música coral, música de cámara, cuartetos de cuerdas y conciertos. Ver biografía de Vanhal.

La mitad impresionista

La segunda parte del concierto del viernes 27 y sábado 28, para Nicolás Rauss, presenta una obra impresionista contemporánea y otra de principios de siglo XX. Con respecto a “Una bandada de pájaros desciende al jardín pentagonal”, de Toru Takemitsu, describe a este autor japonés como un post Ravel contemplativo y aclara que su concepto de tiempo es muy oriental. No hay en Takemitsu el dramatismo de un Beethoven o un Verdi, en el sentido propio de la acción. Existen pequeñas burbujas de música, y después silencios entre ellas. Takemitsu dijo que compara su música a lo que se sabe hoy del canto de los delfines, porque se supone que el silencio que hay entre cada grito del delfín entrega más información a los otros delfines que el grito mismo. Y en Takemitsu, estas pausas tienen mucha importancia. Es contemporáneo, no son acordes reconocibles, desde luego, hay una profusión de sonidos enorme, pero el carácter es impresionista porque son impresiones muy contemplativas y sonoridades. Takemitsu puede reconciliar con la música contemporánea a quienes le temen, porque si bien hay acordes disonantes, la forma en la cual lo orquesta y la dulzura con la que se debe tocar, suena muy lindo, muy acariciante”.

El músico suizo profundiza en esta obra de doce minutos de duración que representa a una bandada de pájaros que desciende sobre un jardín pentagonal. La geometría del jardín, aclara, sólo guarda relación con la estructura formal de la obra, que arma grupos de notas en torno a la cantidad de cinco. “La bandada es una imagen, no así el jardín, ya que para Takemitsu cualquier jardín es un mundo donde uno se puede quedar horas mirando, siempre descubriendo algo nuevo”. biografía de Takemitsu.

Cierra esta nueva presentación de la Sinfónica de Chile la composición “Iberia” de Claude Bebussy. “Ésta es una obra puntillista. Si la comparamos con El Mar, que sería como Van Gogh, Iberia son pequeñas pinceladas muy precisas. Es una visión es totalmente irracional de España de Debussy, porque él no conocía España. En el primer movimiento hay temas españoles, pero yo diría que no tienen mucha importancia, son pretextos y el resto es un placer de color orquestal, de una orquesta que ya no es tan burbujeante, sino más bien incisiva”, describe Rauss, y continúa: “están Por los caminos de Cataluña, Los Perfumes de la noche, una pieza deliciosa como composición, armonía y orquesta; y la Mañana de un día de fiesta, donde la música se descompone, ya es más moderno, uno espera y cuando cree que va a llegar algo es la última nota. Hay ruidos de fanfarrias y de guitarras, y existe un momento que encuentro genial y del cual Debussy estaba orgulloso, es al final de Los Pefumes de la noche, que termina y entra la Mañana, en forma no muy clara, uno no sabe cuándo termina un movimiento y empieza el otro. Debussy, muy orgulloso, dijo alguna vez ‘parece que no estuviera escrito’, porque consideraba que la música anterior a él tenía el defecto de estar demasiado escrita”.

Después de haber terminado en 1905 su celebrado poema sinfónico más celebrado “El Mar”, Debussy compuso una serie para orquesta que él proyectaba como una obra sinfónica unitaria, pero quedó como tres composiciones independientes, “Iberia”, “Ronda de Primavera” y “Gigas”. La primera es de 1909. Ver biografía de Debussy.

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