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INTÉRPRETES: Al Ayre Español, Juanjo Mena (director)
LUGAR: Auditorio Eduardo del Pueyo
FECHA: Domingo, 12 de noviembre
ASISTENCIA: Media entrada
La programación del Auditorio del Conservatorio Superior nos permitió ayer escuchar uno de los tres conciertos del ciclo que Al Ayre Español está desarrollando este otoño en el Teatro Real, conmemorando a Mozart y Arriaga.
Por enfermedad de Eduardo López Banzo, fundador y alma del grupo, Al Ayre Español ha recurrido, por vez primera que yo sepa, a un director invitado: el alavés Juanjo Mena. Mena no es director típico de música antigua, pero logró una grata sinergia entre su forma de trabajar y la del conjunto, con resultados bien gratos. Resultó algo raro ver a un director de gesto celibidachiano ante un conjunto de instrumentos del Dieciocho y con los tiempos vivos que se manejan más en el terreno de la música historicista. Raro, pero interesante.
Es la primera vez que escucho en vivo la impactante Sinfonía de Arriaga (el compositor la terminó poco antes de su temprano fallecimiento, con veinte años) con este tipo de orquestas. Es una obra que gana mucho con ritmos marcados y con instrumentos de época. Algo similar le ocurre a la aún más juvenil obertura de Los esclavos felices. Mena planteó ambas obras con energía, acentos firmes, a bastante velocidad (hasta el arranque pastoril de la obertura fue, digamos, rapidillo), aunque más centrado en las cuerdas que en los vientos.
Mozart estaba presente con la breve y optimista Marcha Haffner y, sobre todo, con la Cuarenta. Esta sinfonía es un milagro: da igual cuántas veces se escuche; siempre parece perfecta y siempre hay algo nuevo que escuchar. Y aquí Mena y Al Ayre parecieron entenderse de maravilla.
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